jueves, 6 de octubre de 2011

Antecedentes historicos de la Educacion Fisica (Unidad 1)

Actividades físicas en Grecia y Roma
Los griegos alcanzaron el cenit de la civilización en aspectos tales como la política, el arte, la arquitectura, la literatura, la filosofía y también en la gimnástica.
En Esparta los ciudadanos eran educados para la defensa del estado lo que exigía una exaltación de la fuerza y de la robustez física para poder asegurar y garantizar de esta manera sus objetivos. Como consecuencia de ello la educación espartana sobrevaloró la importancia de la gimnástica, aunque fuera con fines manifiestamente militares.
En Atenas, el hombre no era entendido únicamente como simple defensor de posibles agresiones de pueblos enemigos sino que, en sus ideales, se contemplaban y valoraban dimensiones personales de índole espiritual, filosófica, musical y artística que configuraban como nos dice Floc'hmoan los ejes formativos del ciudadano ateniense. La gimnástica, al margen de connotaciones de tipo militar, contemplaba también propósitos y finalidades de tipo médico e higiénico.
Cabe destacar que es en la cultura griega donde aparecieron los “juegos atléticos”, grandes manifestaciones gimnásticas periódicas en honor a los dioses y que se realizaban en épocas de paz o de tregua a lo largo y ancho de la geografía helénica: Olimpo, Delfos, Corinto, Nemea, Rhodas, Atenas...
Dichos juegos incluían un variado programa de ejercicios físicos como el pentatlón, competición de cinco pruebas diferentes, la carrera, el salto con mancuernas, los lanzamientos de disco y jabalina y la lucha. También se realizaban otros tipos de actividades físicas y corporales, considerados de rango inferior por ser propios de metecos y campesinos como la danza, los bailes y juegos con esferas “esferística”, entre otros.
La herencia cultural que Roma recibe directamente de la Grecia conquistada, sobre todo a partir del siglo II a. de J.C., se manifiesta también en el ámbito de la gimnástica y de los juegos atléticos. Aunque a tenor de lo que recogen una gran mayoría de historiadores, entre los que destaca en este aspecto la obra del historiador alemán L. Friedlander, los romanos introducen ciertas características y matices diferenciales secularizando los juegos y dotando a los ejercicios físicos de un sentido mucho más lúdico. El componente médico e higiénico da paso a la diversión, el pasatiempo y el espectáculo.
El estadio es substituido por el anfiteatro, el circo y el hipódromo. Se consolidan actividades a gusto de los romanos como son la carrera de cuadrigas, los juegos de pelota, “pila”, y en especial las luchas de gladiadores que bajo la preparación del “Ianista” toman personificaciones de lo más extravagante como el “hoplomachus”, el “bestiarius”, el “secutor” y el “retiarius”. La famosa expresión latina, “pan y circo”, define toda una filosofía que no enaltece, precisamente, ninguno de los valores atribuibles a la educación.

Edad Media y Renacimiento
El cristianismo, por propia definición, vive de espaldas al cuerpo y a cualquier manifestación de éste, incluyendo la educación corporal y física. Esta doctrina se interesa, casi exclusivamente, por aquellos aspectos más intrínsecamente espirituales que residen en la humanidad y en el hombre. Durante esta época la formación corporal y física queda reducida, casi exclusivamente, a la formación del caballero, a determinados torneos y justas y a una cierta formación militar en el arte de la guerra y el combate que, junto a los amurallamientos de los burgos y ciudades, eran garantía de defensa para los poderosos de la época: papas, clérigos, reyes, condes, señores feudales y de sus siervos y villanos.

Renacimiento Gimnástico
Este nuevo conjunto de inquietudes permite reencontrar la antigüedad clásica y por tanto redescubrir la “Gimnástica”. Los humanistas, entre los que destaca J. Mercurial, emplearon desde el principio el término gimnástica en el mismo sentido utilizado por los griegos, el de arte de la gimnasia, entendido como el conjunto de ejercicios corporales que tenían como finalidad primera el mantener la salud y el preservar el estado físico.
En torno a los años 1750 y 1775, según nos relata el profesor Erwin Mehl, tuvieron lugar dos acontecimientos de vital importancia para el progreso y popularización de los ejercicios corporales. Se trata, en primer lugar, del renacimiento de la gimnástica en la ciudad, en el ámbito rural y en el aristocrático nunca llegaron a extinguirse, y después de la aparición de la concepción educativa de la gimnástica gracias a las nuevas ideas promulgadas por los “filantrópicos”. Como se sabe los filantrópicos representaban un movimiento pedagógico que apareció durante el siglo XVIII que recogían las ideas de la ilustración y defendían el carácter universal de la naturaleza humana y, por tanto, el derecho de una educación para todos.
Esta idea de “igualdad” propició el hecho de que la educación y también la gimnástica dejase de ser privilegio de determinadas clases sociales para tomar un talante popular, práctico y utilitario. El máximo representante de esta corriente es el pedagogo alemán J.B. Basedow (1723-1790) que creó en Desau un “taller de filantropía” y en donde el ejercicio corporal y la higiene tenían gran importancia en los procesos educativos

Siglo XIX
A partir del siglo XIX y junto a la ya anteriormente existente, concepción de la gimnástica médica e higiénica y a las recientes tendencias pedagógicas de la ilustración que nos conducen a la gimnástica educativa aparecen nuevas aportaciones. Los intentos de estructurar, sistematizar y dotar de método a la gimnástica configuran el período conocido como el de las escuelas gimnásticas que se desarrollaron principalmente, durante todo el siglo diecinueve.

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